Espectacular el aluvión de visitas y publicidad que ha tenido el artículo que escribimos el otro día titulado "¿Antimadristas, antibarcelonistas?" colocándose en apenas 48 horas en el más leído y visitado desde que iniciamos este blog.
Vamos a seguir con el tema, copiando íntegro un artículo que nos ha parecido INTERESANTÍSIMO publicado en www.abc.es y que refleja lo que debería ser el futuro del fútbol en España, por lo menos ese es el camino más acertado, y no el de las entradas a 100-200 €uros como ha sucedido en innumerables casos. Y los alemanes algo saben de temas económicos, sólo hay que comparar países (aunque les meemos con la Selección...)
Y de temas futboleros, 2 equipos alemanes en la final de la Champions, el título más importante para un club, o sea, que algo sabrán del tema.
"Cuidar al aficionado: el exitoso modelo alemán"
Entradas asequibles, horarios razonables, limitaciones a la propiedad de los clubs, control financiero y apuesta por la cantera son algunas de las claves del éxito de la Bundesliga
Los jugadores del Borussia Dortmund celebran la consecución del título |
En 2002, el mismo año en que el Bayer Leverkusen llegaba a la final de la Champions y el Borussia Dortmund a la de la UEFA, el fútbol alemán se asomó al abismo.
La quiebra del operador Kirch Media, cuyo contrato televisivo
proporcionaba el 31% de los ingresos de los clubes de la Bundesliga,
llevó el caos a los despachos al desmontar todas las previsiones
económicas. Pero, en medio de lo que parecía una catástrofe, se alzó la
voz del kaiser
Beckenbauer, apuntando el camino: «la quiebra de Kirch puede servir
para que entre todos redimensionemos el fútbol y nos adaptemos a la
realidad».
Sabiendo transformar el fracaso en una oportunidad de cambio, la Bundesliga ha consolidado un modelo envidiado por las aficiones del resto del mundo.
Aunque antes tuvieron que transcurrir largos años de penuria,
actualmente el fútbol alemán presenta logros tan notables como la mejor
media de todas las Ligas europeas en asistencia de espectadores por
partido (42.100) y ocupación de los estadios (90%), ser la segunda
competición que más ingresos genera (solo por detrás de la Premier) y la
que más crece, reducir a prácticamente 0 las deudas de sus clubes o
tener cinco campeones distintos en diez años, arrebatando además una
plaza de Champions al otrora poderoso Calcio. Muchos expertos señalan
que, de seguir por este camino, se convertirá en la liga europea más importante a medio plazo. Estas son las claves del exitoso modelo alemán.
1. El aficionado, por encima de todo
En Alemania, el aficionado (y no el
espectador) es lo más importante y a él están dirigidos los horarios.
Ajenos a la espiral de precios en las que se han sumergido las entradas
en la Liga española o la Premier, el coste medio
de ver un partido de la Bundesliga durante la temporada 2010/2011 se
sitúo en 22'75 euros, asequible para los aficionados de las clases
sociales más bajas (que suelen ser los que más animan). Así, el abono
más barato oscila entre los 120 euros del Bayern de Munich y los 212 del
Mainz 05. Eso sí, los abonados no pueden superar el 50%
del aforo del estadio, pues hay que dejar asientos libres para que
todos los aficionados puedan tener la oportunidad de ver a su equipo.
Además, de ese 50% restante, mínimo el 10% debe reservarse para la afición visitante,
que recibe facilidades para el transporte junto a la entrada. Por
supuesto, hay descuentos en los precios para niños, jubilados y
discapacitados.
Los estadios, favorecidos por el
impulso del Mundial de 2006 también han sufrido una importante
remodelación. La mayoría de ellos se mantienen en las zonas populares y
no en la periferia de las ciudades, lo que facilita el transporte. Para
favorecer la cercanía de las gradas, se han eliminado todas las pistas
de atletismo.
Los resultados de esta política son espectaculares. La Bundesliga es la liga europea con la media más elevada de espectadores por partido (42.100)
y, del resto de competiciones deportivas a nivel mundial, solo la NFL
la supera en número de espectadores. Por consiguiente, los estadios casi
siempre presentan un aspecto colorido, muy atractivo para el
espectador, con una media del 90% del aforo completo por una afición popular y bulliciosa.
2. Nuevo modelo futbolístico: balón y cantera
Para una competición que siempre ha
caminado unida a la selección nacional, la llegada de Jurgen Klinsmann
al banquillo de Alemania tuvo un impacto extraordinario. Con el gran
objetivo del Mundial 2006, el exdelantero se propuso cambiar la
mentalidad tradicional del fútbol teutón. Se abandonó el juego físico y
rocoso para apostar por la velocidad y la posesión del balón.
La atractiva filosofía de Klinsmann (continuada por Joachim Low), ha
sido seguido por equipos ganadores como el Werder Bremen dirigido por
Tomas Schaaf, el Stuttgart de Veh, el Hoffenheim de Rangcik o el actual
Borussia Dortmund de Juerguen Klopp.
Además, el Mundial 2006 reforzó la
apuesta por la cantera, con una remodelación completa de las estructuras
de las categorías inferiores, introduciendo técnicos más afines a la
nueva filosofía de juego y potenciando los distintas selecciones
inferiores. Los equipos que ascienden a la Bundesliga deben acreditar un
compromiso de mantener unas categorías inferiores con una estructura
estable. De 2007 a 2012 la inversión en la cantera ha aumentado de 48
millones a 70. El éxito de este sistema ha permitido la eclosión de
jugadores como Mario Gotze, Matts Hummels, Marco Reus, Mesut Ozil y
Thomas Muller. Esto ha provocado la revalorización del jugador alemán
frente al extranjero y que en los últimos años el porcentaje de jugadores menores de 23 años en la Bundesliga haya pasado del 6% al 15%.
3. Saneamiento financiero de los clubes
Si el fútbol pertenece a los
aficionados, también deberían pertenecerles los clubes. Esta es la
mentalidad que subyace a la famosa regla del 50+1. Esta norma establece que el 51% de las acciones de un club deben ser propiedad de los socios,
con lo que se evita que empresas o jeques puedan hacerse con el dominio
del equipo. Pero para esta rígida norma se estableció la excepción de
empresas que hayan demostrado un compromiso estable y duradero con el
club durante un mínimo de 20 años, como ha sucedido con la farmacéutica
Bayer y el Bayer Leverkusen o la empresa autmovilística Volkswagen y el
Wolfsburgo.
La Bundesliga impone también un
rígido control de la estructura económica de sus clubes. Para conseguir
la licencia, necesitan que una auditoría externa certifique que no tienen pérdidas.
Según el último informe económico de la UEFA, la deuda conjunta de los
18 clubes alemanes es prácticamente cero. Es más, durante la temporada
pasada, presentaron unos beneficios conjuntos de 52 millones de euros.
Y estos beneficios no se han conseguido operando con pequeñas cantidades, pues la Bundesliga fue el año pasado la segunda Liga con más ingresos,
con 1. 746 millones, solo por detrás de los 2.500 Premier League (la
Liga española genera 1.718). Es además la competición que más crece,
pues ha aumentado su volumen de negocio en un 8%. Las tres grandes
partidas que aportan estos ingresos son la taquilla del partido (424
millones), la publicidad (573) y los pagos de radios y televisiones
(519).
4. Reparto equitativo de los derechos televisivos
El colorido de los estadios, lo atractivo del juego y la emoción de la competición han provocado la revalorización del los derechos televisivos
de la competición. Así, la cadena Sky ha aumentado un 50% el desembolso
que efectúa por televisar los partidos de la Bundesliga, pasando de 412
a 628 millones. Hay que señalar que en Alemania todos los partidos,
menos el del inicio de la competición y el primero después del parón
invernal, se emiten en televisión por pago.
El reparto de los derechos televisivos, que se negocian de una manera conjunta, es mucho más equitativo que el español.
En la temporada pasada 2009/2010, la última de la que disponemos los
datos, la diferencia entre el que más cobraba, el Bayern de Munich (28) y
el que menos, Hoffenheim (13) hubo una diferencia de tan solo 15 millones.
Este reparto equitativo de los
derechos desemboca en una mayor igualdad entre los equipos. Y esto
deriva en que, como afirmaba Sepp Herberger: «¿Sabes por qué la gente va
a los estadios? Porque no saben como acabará». Tal vez sea ésta la
fórmula del éxito.
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